¡Estábamos deseando compartir este blog contigo! Y es que se acerca el buen tiempo y se nos hace totalmente imprescindible hablaros de la importancia de utilizar de forma correcta el protector solar. Queremos ayudaros a elegir el factor de protección solar ideal para tu piel y darte los consejos necesarios para que protejas tu piel como es debido.

Nos importa mucho la salud y el cuidado de la piel, tanto la del rostro como la del cuerpo. No sólo ayuda a mantener la salud en general de tu cuerpo, también ayuda a prevenir el envejecimiento prematuro, las manchas y las arrugas. Piensa que la piel es un órgano y está constantemente expuesto a los factores externos.

Vamos a guiarte paso a paso para que nunca más te equivoques al elegir tu factor de protección solar y aciertes con el que mejor le sienta a tu piel.

Tipos de rayos solares y cómo afectan a la piel

Factor de protcción solar con filtros físicos y químicos

Qué protector solar usar según tu tipo de piel

Cómo aplicar tu protector solar

Frecuencia con la que aplicar el protector solar

¿Cómo nos ponemos morenos? Proceso de bronceado

Consecuencias de no aplicar el factor de protección solar adecuado

Tipos de rayos solares y cómo afectan a la piel

Vamos a pararnos antes de nada en lo más importante, conocer a qué nos enfrentamos para saber cómo combatirlo. Estos son los tipos de rayos solares que nuestra piel puede percibir:

Rayos UVC: También conocidos como radiación ultravioleta C. Son rayos ultravioleta especialmente utilizados para tratar afecciones de la piel, como la soriasis, vitíligo y los nódulos en la piel. También se utilizan para la desinfección de artilugios y para tratar ciertas afecciones y heridas mediante lámparas especiales o rayos láser.

Estos rayos no penetran en nuestra atmósfera gracias a la capa de ozono. Tampoco se encuentran en la luz solar.

Rayos UVB: son los rayos ultravioleta B de onda corta. Si bien estos rayos también son absorbidos en su mayor parte por la capa de ozono, llegan hasta nuestra piel y penetran hasta la epidermis. Son los principales causantes de las quemaduras solares. Al penetrar en la piel provocan la formación de pigmentos, la conocida melanina, y colorean de forma visible la piel.

Es imprescindible protegerse ante los rayos UVB, ya que son los causantes de las quemaduras cutáneas y a la larga pueden causar el primer desencadenante del cáncer de piel.

Rayos UVA: son los rayos ultravioleta A de onda larga. Penetran en las capas más inferiores de la piel. Si bien no son los causantes de las quemaduras cutáneas, su principal consecuencia sobre nuestra piel es el envejecimiento prematuro de la misma. Esto se ve en la aparición de manchas y arrugas y, en general, lo conocido como fotoenvejecimiento.

Además está demostrado que su exposición continua y sin protección favorece el desarrollo del melanoma (cáncer de piel).

Factor de Protección Solar Con Filtros Físicos y Químicos

¿Sabías que existen dos tipos de protectores solares? Nos referimos a los protectores solares físicos y los protectores solares químicos. Os explicamos la diferencia.

Los protectores solares físicos actúan como una pantalla sobre la piel, y la protegen de los rayos UV reflejando y haciendo que estos reboten sin penetrar en la misma. De esta forma crean una barrera protectora que rechaza los rayos solares y evita así el daño que pudieran causar en la piel.

Los protectores solares físicos, al suponer una barrera literal sobre la piel, penetran menos en ella. Esto es ideal para las pieles reactivas o delicadas, ya que suponen menos interacción con los componentes de la piel.

Los protectores solares químicos, por el contrario, absorben los rayos UV y los convierten en calor que la piel libera. Convierten la radiación a una longitud de onda inofensiva para la piel, protegiendo así el cuerpo de los efectos de los rayos solares.

Suelen tener una textura muy ligera y son más sencillos de extender.

Para resumirlo a groso modo, los protectores físicos rechazan los rayos y los químicos los absorben y transforman. Ambos tienen la misma eficacia y son igualmente imprescindibles de aplicar antes de la exposición solar. Sin embargo, su formulación hace que sus texturas sean diferentes y por tanto, más o menos convenientes para según qué tipo de piel. Más adelante os ayudaremos a elegir el mejor protector según el tipo de piel.

Las marcas no indican en su packaging el tipo de filtro solar que utilizan. Para distinguir entre un protector físico y uno químico debemos ir a la lista de ingredientes. Estos son los ingredientes clave de cada tipo:

  • Zinc o Titanio: estamos ante un protector físico
  • Salicilato, Benzoato, Hidroxibenzoilo u oxibenzona: se trata de un protector químico.

Qué protector solar usar según tu tipo de piel

Porque nos importa tanto que protejas tu piel como que la mimes tal y como ella se merece, queremos recomendarte el tipo de protector solar perfecto según sea tu piel. Y es que es imprescindible acertar con el protector si queremos integrarlo completamente en nuestra rutina de belleza y cuidado facial.

Un elemento en común para todo tipo de pieles es el factor de protección necesario para el rostro, siendo recomendable no bajar nunca del SPF35. Ten en cuenta que esa cara radiante está siempre expuesta al sol y nos pide a gritos que la mimemos.

Protector solar para piel grasa

No hay excusa. Incluso si tienes la piel grasa debes protegerla totalmente del sol. Necesitas, sin duda, un protector solar no comedogénico. Esto es, un producto que no obstruya los poros de la piel evitando así la formación de puntos negros y/o acné. Las mejores fórmulas para este tipo de piel son las ligeras y no oleosas.

Los protectores solares químicos son los más adecuados para las pieles grasas al tener una textura ligera y de fácil absorción y no dejar residuos en la piel.

Factor de protección solar piel grasa

Protector solar piel grasa

Protector solar para piel seca

Sin duda los protectores solares que le irán mejor a una piel seca son los de protección física, hidratantes y en formato crema.

Para las pieles muy secas es recomendable seguir usando la crema de día habitual combinada con la protectora.

Protector solar piel seca

Protector solar piel seca

Protector solar para pieles reactivas

Las pieles reactivas necesitan, sin lugar a dudas, un protector solar físico, ya que su fórmula y su textura no reaccionan con la piel, la hidratan y la protegen.

No interfieren con el pH de la piel y suelen crear menos efectos que los filtros químicos. Estas pieles, además, deben prestar mayor atención a la protección solar, siendo más sensibles a cualquier tipo de exposición.

Portector solar pieles reactivas

Portector solar pieles reactivas

Protector solar para pieles maduras y/o con manchas

Las pieles con manchas y/o maduras normalmente han sido expuestas a la radiación solar más frecuentemente que las pieles más jóvenes, por lo que su protección debe pasar además por pantalla total, por antioxidantes y reparadores. El factor de protección solar para este tipo de pieles no debe bajar de SPF35.

Protector solar para piel con manchas

Protector solar para bebés

La piel de los bebés es extremadamente sensible. Se recomienda, de hecho, no exponer a los bebés menores de 6 meses al sol después de las 11 de la mañana o antes de la última hora de la tarde. Suelen tener la piel muy blanca y mucha tendencia a quemarse y a la deshidratación.

A los bebés menores de 6 meses no se le debe aplicar ninguna crema de protección solar y, por supuesto, no exponerlo al sol. A partir de los 6 meses y hasta los dos o tres años debe aplicarse siempre protección solar físico, ya que son eficaces desde el momento en el que lo aplicas y no implican irritaciones ni efectos sobre la piel.

Protector solar niños

Protector solar niños

El factor de protección solar debe ser mínimo de SPF30, pero se recomienda utilizar siempre SPF50 y repetir la aplicación cada poco tiempo. Los niños se mueven mucho más, se bañan y juegan en la arena, por lo que, aunque utilicemos crema waterproof debemos repetir la aplicación cada poco tiempo.

Cómo aplicar tu protector solar

Parece sencillo, pero hay que matizar que por bueno que sea un protector solar, si no lo aplicamos debidamente puede resultar totalmente inútil. Por eso queremos echarte una mano a la hora de aplicar correctamente tu protector solar.

Lo primero y más importante. ¿Cuándo hay que aplicarlo? A diario, siempre, llueva o truene, a -25º en la Antártida o bajo la sombra de una palmera en el trópico. El protector solar facial es tu aliado más preciado contra el envejecimiento de la piel. Durante el invierno simplemente con el rostro y cuello es suficiente. Sin embargo, con el buen tiempo, hay que proteger cada parte del cuerpo que llevemos al descubierto.

Aplícalo en todas las zonas expuestas sin olvidar las orejas, el cuello, las corvas… y SIEMPRE media hora antes de la exposición solar. Debemos aplicar una cantidad de unos 30ml para todo el cuerpo. Sé generosa con la aplicación y recuerda repetir cada dos horas, incluso si es waterproof.

¿Y si voy a usar maquillaje? ¿Cuándo aplico el protector?

Aquí tenemos varias opciones. Siempre va a depender de tu rutina de belleza. También de si tus cosméticos no llevan incluido el factor de protección.

1. Hidratante – Protector – Maquillaje. No debes dejar de utilizar tu crema hidratante habitual. Aplícala como siempre, después de la rutina de limpieza. Después, una vez seco el rostro, aplica el protector. No olvides las partes de la piel más inaccesibles, como las orejas, aletas de la nariz… También debes aplicarla en cuello y escote. Tras este paso deja transcurrir al menos 10 minutos antes de aplicar el maquillaje, que se aplicará de manera habitual.

2. Hidratante – Protector solar con color. Esta opción es muy buena para pieles mixtas y con tendencia grasa. Es importante aplicar la crema solar con color en la misma cantidad que si fuera simplemente protector. Repetir la aplicación de la crema protectora es imprescindible.

Frecuencia con la que aplicar el protector solar

El número del SPF indica la cantidad de protección que tu protector solar te ofrece durante un período de dos horas. Esto significa que si te aplicas un factor de protección SPF50, durante dos horas ese factor seguirá siendo 50, es decir, alto. Sin embargo a partir de las dos horas, si bien seguirás teniendo algo de protección, esta irá disminuyendo en graduación.

Te ponemos un ejemplo. Vas a la playa a las 11.00 y te aplicas perfectamente tu SPF50. Hasta las 13hrs seguirás teniendo la piel protegida con SPF50, es decir, pantalla total. Sin embargo, a partir de las 2hrs desde la aplicación (sobre las 14-15hrs) el nivel de protección va a ir disminuyendo. Si no repites la aplicación al final del día seguramente tengas sobre tu piel una protección SPF10 como mucho.

Por eso, la crema solar hay que aplicarla cada 2 horas mínimo, aumentando la frecuencia cuanto más bajo sea el factor de protección solar. Por ejemplo un SPF15, por ejemplo, a partir de las dos horas seguramente haya perdido prácticamente su eficacia.

Los dos factores que más afectan a la efectividad de la protección solar son el sudor y el agua. Si sudas mucho o te has bañado en la playa o piscina, repite la aplicación con mayor frecuencia.

¿Cómo nos ponemos morenos? Proceso de bronceado

Nuestro cuerpo es una máquina perfecta, de eso no cabe duda. Una prueba de ello es el bronceado de la piel. Más allá del sentido estético, el bronceado de la piel es un mecanismo de defensa de este órgano frente a las radiaciones solares.  Os lo explicamos:

El sol penetra en la piel y provoca la pérdida del colágeno. También descompone nutrientes, como el ácido fólico. En general favorece el fotoenvejecimiento. Para defenderse ante los efectos nocivos del sol, la piel genera melanina. Esta actúa como repelente ante los rayos solares.

La melanina no deja de ser un pigmento (por lo que su acumulación hace que nuestra piel se vea más oscura) que absorbe la radiación y protege la piel de los rayos del sol. La creación de melanina es un acto de autodefensa de la piel. Cuanto más nos exponemos al sol más melanina considera que debe generar y más aumenta el tono de bronceado.

Los niveles de melanina de la piel dependen exclusivamente de la genética. De esta forma una persona caucásica tendrá un nivel de melanina muy bajo y mayor afección ante los rayos solares que una persona de piel muy oscura.

Sin embargo, no olvides que independientemente del nivel de melanina de tu cuerpo, toda exposición al sol prolongada provocará daños en la piel irreversibles. Por eso debe estar adecuadamente protegida con protector solar.

La exposición al sol es muy beneficiosa para el cuerpo ya que genera vitamina D, imprescindible para mantener los huesos fuertes, evitar fracturas y enfermedades como la osteoporosis (en este post puedes aprender más de los beneficios de la vitamina D sobre tu cuerpo) Sin embargo es muy importante hacerlo en pequeñas dosis de tiempo y con el factor de protección solar adecuado.

Consecuencias de no aplicar el factor de protección solar adecuado

Si insistimos tanto en la importancia de usar el factor de protección solar adecuado es porque las consecuancias de no usarlo pueden llegar a ser muy graves.

La más preocupante es, sin duda, que en una piel desprotegida es más frecuente que se desarrollen enfermedades graves. Por ejemplo, los melanomas, carcinomas de células basales y carcinomas de células escamosas. El factor de protección solar adecuado reduce al mínimo el impacto de los rayos UV.

Otro efecto prepcupante es el fotoenvejecimiento. Los rayos UV penetran en la piel y crean quemaduras solares y manchas. Además hacen que el colágeno se descomponga favoreciendo la creación de arrugas y líneas de expresión.

Debes elegir siempre tu factor de protección solar perfecto y ser muy constante en la aplicación.

Aprovéchate ahora porque tenemos una amplia selección de toda la gama solar con la promoción con la 2ª unidad al 50% aquí

No olvides repetir su aplicación cada dos horas y no exponer la piel en las horas de mayor incidencia solar.

Como hemos visto, una piel protegida es una piel perfecta. Tu salud es muy importante para nosotros. ¿Tienes alguna duda o necesitas algún consejo? ¡Te escuchamos!